El agua es el componente mayoritario del cuerpo humano, formado por entre un 45 y un 70% de este componente. Actúa como hidratante, y se encarga de transportar nutrientes en el organismo.
Hidratarse bien ayuda a regular la temperatura corporal y elimina toxinas a través de la sudoración. Favorece la digestión, previene el estreñimiento y mantiene el buen funcionamiento de los riñones.
Diariamente perdemos agua al respirar, orinar y a través de la sudoración, por lo que es importante beber suficiente agua para mantener hidratado nuestro cuerpo. Se recomienda beber entre 2 y 3 litros al día, dependiendo de la actividad física y el peso.
Los beneficios más destacados que nos aporta una buena hidratación son los siguientes:
- Piel limpia y sana. Fortalece las células de la piel, hidratándola y limpiándola, para mantener su elasticidad. El resultado es una piel más con más brillo y suavidad.
- Elimina toxinas. El agua nos ayuda a eliminar sustancias tóxicas, que una vez filtradas por el riñón, se eliminan a través de la orina.
- Mejora el rendimiento físico. Lubrica las articulaciones, mejora la resistencia de músculos y ligamentos, y actúa como un poderoso tonificante.
- Evita el estreñimiento. Mantiene las heces blandas y facilita su tránsito por el colon y su expulsión. Además, soluciona problemas de acidez estomacal.
- Regula la temperatura corporal. El agua posee una gran capacidad de evaporación, y por ello, a través del sudor y las mucosas, se consigue un equilibrio de la temperatura corporal.
- Cuida tu corazón. Beber agua regularmente reduce el riesgo de problemas cardiacos, disminuyendo el índice de problemas cardiovasculares.