El ácido hialurónico es un activo presente de forma natural en nuestras articulaciones, cartílagos y piel. En medicina estética se trata de un gel de textura viscosa que estimula el colágeno, retiene el agua hidratando considerablemente, y actúa como material de relleno. Podemos decir, que actualmente se considera uno de los tratamientos más demandados por los pacientes para el rejuvenecimiento integral del rostro dado la seguridad que ofrece y los escasos (prácticamente inexistentes) efectos secundarios.
Dentro de los ácidos hialurónicos, existen diferentes reticulaciones y calidades, y dependiendo de la consistencia y del formato del relleno, este será más eficaz para tratar unos u otros síntomas. Por ello recomendamos asesorarse por un médico especializado.
¡En el blog de hoy os contamos para qué usamos el Ácido Hialurónico!
¿Dónde se aplica?
La zona más común es la cara, aunque hay tratamientos muy específicos y menos conocidos para el resto del cuerpo. Contamos con una amplia gama de tipos de ácido hialurónico en función del síntoma que se quiera tratar:
- Tercio superior (entrecejo, ojeras)
- Tercio inferior (surco nasogeniano, código de barras, arrugas peribucales, mentón, labios)
- Pómulos
- Cuello
- Manos
¿Para qué lo empleamos?
Generalmente se emplea como solución hidratante a nivel profundo, relleno o voluminizador, dependiendo del grado de reticulación (consistencia):
- COMO VOLUMEN: nos ayuda a contornear aspectos de la cara como labios, pómulos o manos que han perdido el volumen natural por el paso del tiempo.
- COMO RELLENO: en estos casos se utiliza para tratar arrugas de mayor profundidad, medias o incluso finas. Se aplica el producto con el objetivo de conseguir una piel lisa y un resultado natural y discreto.
- HIDRATAR LA PIEL: suele emplearse uno de tipo no reticulado que se infiltra en las capas más profundas de la piel a través de una pequeña aguja.
Como hemos visto, el ácido hialurónico nos ayuda a:
- Recuperar los niveles de hidratación.
- Prevenir y reducir la apariencia de las arrugas.
- Aportar firmeza y elasticidad a la piel gracias a la creación del colágeno y la elastina que sostienen y dan soporte a la piel.
- Recuperar volúmenes faciales perdidos por el paso del tiempo.
